GUÍA DE LA EXPOSICIÓN
Los cuatro Mártires de Lübeck
Eduard Müller
Johannes Prassek
Hermann Lange
Karl Friedrich Stellbrink
asesinados el
10 de noviembre de 1943
NUESTRA CORDIAL BIENVENIDA
El 10 de noviembre de 1943 cuatro clérigos de Lübeck, el pastor evangélico Karl Friedrich Stellbrink y los capellanes católicos Hermann Lange, Eduard Müller y Johannes Prassek, fueron ejecutados en la guillotina. El nacionalsocialista Tribunal del Pueblo los había condenado a muerte en verano de 1943. Desde 2013, el lugar de conmemoración Lübecker Märtyrer ofrece información sobre la vida y el testimonio de los Mártires de Lübeck.
¿CÓMO SE PUEDE USAR ESTA GUÍA?
En las páginas siguientes aparecen representados y traducidos todos los paneles de la exposición que se hallan en la planta baja y en el sótano, de forma que usted puede moverse paso a paso por la exposición. En las pantallas situadas a mano derecha encontrará información adicional. Utilice, por favor, los paneles táctiles situados debajo de las pantallas para navegar y seleccionar.
En el vestíbulo, al que se accede desde la iglesia, el visitante puede contemplar un crucifijo, que pertenecía a Hermann Lange. En la pared que da a la iglesia, paneles explicativos sitúan la historia de los Mártires de Lübeck (parte beige de los paneles) en tiempo e historia (parte gris). El espacio está iluminado por un ventanal situado al frente, en el que se encuentra la gran obra de impresión gráfica realizada por la artista Julia Siegmund y que se compone de 17 piezas sobre la vida y la muerte de los Mártires de Lübeck. Entre las ventanas se hallan cuatro estelas con grandes retratos de los cuatro mártires, que en su parte posterior permiten conocer de cerca sus biografías: de manera audiovisual con pantalla y auriculares.
A través de una escalera situada al final de la sala (o por medio del ascensor) se accede a la antigua carbonera, donde a mano izquierda se describen los acontecimientos relacionados con los laicos que también fueron arrestados y con el ama de llaves de la parroquia. A mano derecha se representa la beatificación. Al frente se encuentra una puerta que lleva a la tesorería y a mano izquierda hay un pasillo que conduce a la cripta, la cual está pensada como lugar de conmemoración, silencio y oración.
Los Mártires de Lübeck
El 10 de noviembre de 1943 cuatro clérigos son ejecutados en la guillotina en una cárcel de Hamburgo. Los tres capellanes católicos Hermann Lange, Eduard Müller y Johannes Prassek ejercían su actividad en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Lübeck y el pastor evangélico Karl Friedrich Stellbrink en la Iglesia Luterana, antes de ser arrestados en 1942 y condenados a muerte en 1943 por el Tribunal del Pueblo, en un proceso celebrado en Lübeck.
¿Quiénes son estos cuatro hombres, que habían llegado a Lübeck en los años 1934, 1939 y 1940? ¿Por qué entran en conflicto con la dictadura nacionalsocialista y terminan siendo asesinados? ¿Y por qué se les venera desde 1943 como grupo de los cuatro Mártires de Lübeck y se beatifica a los tres capellanes católicos en 2011?
Antecedentes: Del Imperio Alemán al Nacionalsocialismo
Los cuatro hombres nacen en la época del Imperio Alemán, marcada principalmente por nacionalismo, militarismo y antisemitismo. Después de la derrota en la Primera Guerra Mundial, en Alemania se produce en 1918 una revolución que culmina en un proceso democrático: la República de Weimar. Sin embargo, desde sus inicios, esta se encontrará bajo una fuerte presión al ser combatida por fuerzas tan opuestas como comunistas o partidarios del imperio. La población alemana sufre grandes penurias a consecuencia de la dramática desvalorización monetaria de 1923. A pesar de ser en realidad responsabilidad del imperio, este y otros problemas se le atribuyen a la joven democracia, de forma que la confianza en esta nueva forma de estado disminuye. Por otro lado, el que mucha gente siga influida por la creencia en la subordinación y el pensamiento autoritario, impide que se desarrolle una mentalidad democrática en la mayoría de la población.
A partir de 1930 el partido nacionalsocialista de ultraderecha se aprovecha del descontento generalizado, ocasionado en buena parte por la crisis económica mundial de 1929, para atraer cada vez a más votantes. El 30 de enero de 1933 Adolf Hitler es nombrado Canciller del Reich, dando lugar al comienzo de la dictadura nacionalsocialista.
Lübeck 1933 – 1938
Como en toda Schleswig-Holstein, también en Lübeck dominan banderas con esvásticas y personas uniformadas la imagen de la ciudad. La agresiva ideología del nuevo sistema se manifiesta, entre otras cosas, en el boicot de negocios judíos el 1 de abril de 1933 y en la quema de libros de la llamada literatura “antialemana” el 26 de mayo de 1933 en el Buniamshof. El director del Museo de Santa Ana de Lübeck, Carl Georg Heise, es despedido porque el arte expresionista, que él impulsa especialmente, es calificado como “degenerado
Opositores políticos de los nacionalsocialistas, como el diputado del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) Julius Leber, sufren persecución. La parroquia católica del Sagrado Corazón de Jesús celebra en 1933 la primera procesión del Corpus Cristi después de mucho tiempo, pero como minoría experimenta también la creciente intervención de la dictadura: Los colegios católicos son obligados a cerrar sus puertas.
A partir de 1933, Erwin Balzer, el nuevo obispo protestante elegido según estrictos criterios nacionalsocialistas, trae a Lübeck a numerosos pastores fieles al régimen. También la Iglesia Luterana recibe en 1934 un nuevo pastor, Karl Friedrich Stellbrink, quien presenta una actitud claramente nacionalista, antisemita y anticatólica. Hacia 1936 experimenta una transformación interior que le lleva a oponerse a la dictadura. Como consecuencia es expulsado del partido y también se encuentra en una situación de aislamiento dentro de la Iglesia Evangélica de Lübeck.
La guerra ofensiva del estado nacionalsocialista, planeada desde un comienzo, se refleja también en Lübeck en la creación de una amplia industria de armamento. En varias fábricas se producen armas y munición.
Leyendas
Marcha de las Tropas de Asalto (SA) por delante del ayuntamiento de Lübeck (6 de marzo de 1933)
Fábrica de armamento de Lübeck
El pastor Stellbrink y el obispo Balzer durante la inauguración del nuevo edificio de la Iglesia Luterana de Lübeck
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Lübeck
Dictadura nazi y lucha de las Iglesias
A partir del 30 de enero de 1933, los nacionalsocialistas suprimen perseverantemente, en solo unos meses, todas las estructuras democráticas de Alemania. El carácter totalitario de la dictadura se muestra, sobre todo, en el afán de controlar la vida de cada individuo, incluso en las áreas más privadas.
Los nacionalsocialistas persiguen el objetivo a largo plazo de abolir por completo las iglesias cristianas como instituciones públicas. En 1933 la Iglesia Evangélica comienza a dejarse alinear (gleichschalten) en buena medida, iniciándose un conflicto del cual surgirá a partir de 1934 el grupo protestante “Iglesia Confesante” (Bekennende Kirche), que se opone al acaparamiento de la religión por parte del estado.
La Iglesia Católica en su conjunto ya se había apartado de las ideas del nacionalsocialismo antes de 1933, condenando partes del programa del partido como “doctrina errónea”. A pesar de ello, la curia pontificia y el estado nacionalsocialista firman un Concordato en julio de 1933 con el fin de evitar un conflicto abierto. A pesar de que en el contrato se garantiza la independencia de las organizaciones eclesiásticas, el estado nacionalsocialista limita la existencia de escuelas y asociaciones católicas, así como los periódicos de la Iglesia. Por medio de los llamados “procesos por delitos contra la honestidad” (Sittlichkeitsprozesse) contra clérigos, los nacionalsocialistas intentan además separar a los creyentes del clero. Con la encíclica “Ardente cura” (Con viva preocupación) de 1937, el papa Pío XI ataca esta política públicamente, pero sin llegar a conseguir ningún cambio.
Leyendas
Parlamento sin función: El Reichstag alineado de 1933
Acaparamiento ideológico de la juventud: “Ciencia racial” como asignatura
Quema de libros de literatura “antialemana” el 10 de mayo de 1933 en Berlín
Desfiles eclesiásticos con banderas como manifestación de autoafirmación durante una procesión católica en Münster en 1936
El nuncio apostólico Orsenigo con Hitler en la recepción de Año Nuevo en la Cancillería del Reich de Berlín
Cuidado pastoral
En 1939 el obispo Dr. Wilhelm Berning de la Diócesis de Osnabrück envía a dos jóvenes clérigos, Johannes Prassek y Hermann Lange, a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Lübeck como apoyo al deán Albert Bültel. En 1940 les sigue Eduard Müller. Los tres habían estudiado previamente en Münster y asistido al seminario en Osnabrück. Durante ese período habían presenciado la lucha del sistema nacionalsocialista contra la Iglesia y en particular el esfuerzo del obispo de Münster, Clemens August Graf von Galen, por la conservación del derecho de autodeterminación de la Iglesia.
Los tres capellanes se ganan rápidamente el reconocimiento y el cariño de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Además de la misa, el sermón y el cuidado pastoral diario, su objetivo principal es el cuidado pastoral juvenil, por lo que organizan círculos de conversación para niños, jóvenes y jóvenes adultos.
Leyendas
Celebración con motivo del XXV Aniversario del Obispado de Osnabrück en 1939, fotografiado por Eduard Müller: Los obispos Clemens August Graf von Galen y Dr. Wilhelm Berning
Albert Bültel (*1887 †1954), párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y deán del decanato de Lübeck
Hermann Lange en el seminario de Osnabrück
Johannes Prassek en la celebración de su primera misa
Eduard Müller en el jardín de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús
Guerra de agresión
Con la invasión de Polonia, la Alemania de Hitler inicia el 1 de septiembre de 1939 una guerra racista, de conquista y de exterminio. En todos los territorios ocupados la población judía es perseguida y asesinada sin piedad. Sobre todo en Europa del este la población civil es oprimida y explotada en nombre de la ideología racial. En el transcurso de la guerra, millones de personas de toda Europa son deportadas a Alemania para realizar trabajos forzados.
A diferencia de lo ocurrido en 1914, el comienzo de la guerra no desencadena entusiasmo en la población alemana, más bien domina un sentimiento de abatimiento. Aún así, en 1939 la mayoría de los contemporáneos todavía no se da cuenta del carácter criminal de esta guerra.
Los principales representantes de las dos confesiones cristianas expresan al principio el apoyo de sus Iglesias al Estado y llaman a los creyentes al cumplimiento del deber y a la oración. A diferencia de los obispos, algunos sacerdotes se manifiestan de manera mucho más crítica en sus parroquias y caen en el punto de mira de la Gestapo (Policía Secreta del Estado).
Leyenda
Con la invasión de Polonia por parte de la Wehrmacht (Fuerzas Armadas de Alemania) el 1 de septiembre de 1939 comienza la Segunda Guerra Mundial.
Actitud crítica
Poco después, en los círculos de conversación de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús ya no solo se tratan temas de enseñanza religiosa, sino que los capellanes discuten con los asistentes también sobre cuestiones éticas y políticas o amplían los horizontes de los jóvenes desacostumbrados a la libertad intelectual, contemplando, por ejemplo, el arte “degenerado” de Ernst Barlach. De esta manera, los clérigos católicos se oponen al intento de los nacionalsocialistas de capturar por completo a los jóvenes en el espíritu de la dictadura y retirarlos de la influencia educativa de los padres, la escuela y la Iglesia. Es precisamente esta lucha por la juventud la que contribuye a la transformación interior del pastor Stellbrink.
El estado nacionalsocialista exige la identificación absoluta de toda la ciudadanía con la guerra. También en esta cuestión los cuatro clérigos de Lübeck, cada uno por separado, se posicionan en contra del sistema. A partir de 1939 el pastor Stellbrink se evidencia cada vez más como antibelicista, por lo que es amonestado por el estado. Desde su convicción cristiana, Hermann Lange expresa en el transcurso de sus círculos de conversación que la participación en una guerra injusta es inaceptable para un cristiano.
Leyendas
Las Juventudes Hitlerianas en Lübeck
Con ayuda de los jóvenes, Eduard Müller transforma la carbonera situada debajo de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en un centro de encuentro juvenil
La iglesia de Santa Catalina de Lübeck con tres esculturas creadas entre 1929 –1932 por Ernst Barlach, que no pudieron ser instaladas antes de 1947, al estar la obra del artista prohibida durante la era nacionalsocialista.
Avance militar
Después de la ocupación de Polonia, en 1940 Alemania continúa su guerra de conquista militar en el oeste de Europa. Las capitulaciones conseguidas rápidamente por la fuerza en Dinamarca, Noruega, los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y sobre todo en Francia catapultan a Hitler al cénit de su poder. Pero falla con la conquista del Reino Unido, debido al fracaso de la batalla aérea por Inglaterra a finales de verano de 1940.
La sucesión de noticias sobre las victorias ocasiona un amplio, nunca antes visto, respaldo de la población alemana hacia la política de Hitler.
Para las pocas personas que componen la resistencia, procedentes, por ejemplo, de la clase trabajadora o de la nobleza y el ejercito nacional conservadores, esta euforia general por la victoria dificulta la posibilidad de eliminar a Hitler y el sistema nacionalsocialista.
Leyendas
En el cénit del poder: Hitler con generales ante la torre Eiffel de París (Junio de 1940)
Multitudes vitoreando en Berlín después de la capitulación de Francia
Aviones alemanes durante la batalla aérea por Inglaterra
Unidos bajo la cruz
En el año 1941 el capellán Prassek y el pastor Stellbrink se conocen personalmente, a pesar de que en aquella época el contacto entre las dos confesiones resultaba inusual. A partir de este momento la actitud de común rechazo al sistema nacionalsocialista y a sus crímenes agrupa a los cuatro clérigos de Lübeck, haciendo que las diferencias confesionales pierdan importancia. Intercambian escritos y hasta sermones críticos con el sistema, se informan mutuamente sobre las noticias de las emisoras de radio extranjeras, reproducen y reparten los sermones del obispo Von Galen del verano de 1941. El capellán Prassek critica además, en conversaciones, el trato que reciben las trabajadoras forzadas polacas de Lübeck e incluso les hace llegar en secreto ayuda pastoral y práctica. Los cuatro son conscientes de que sus acciones podrían ser severamente castigadas por el sistema totalitario.
El grupo no tarda en caer en el punto de mira de la Policía Secreta del Estado (Gestapo), la cual consigue infiltrar espías que informan, por ejemplo, sobre los círculos de conversación de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Leyendas
La parroquia del Sagrado Corazón de Jesús es el lugar de reunión para conferencias religiosas, el intercambio secreto de información y “el último refugio de la libertad de expresión” (Stephan H. Pfürtner)
Trabajadoras forzadas polacas en Lübeck: Tamara Warlamowa, Anna Krelman, Aniela Grzybowska
Reproducciones de sermones críticos del obispo Von Galen, que fueron difundidos clandestinamente y también lanzados sobre Alemania desde bombarderos de los Aliados
Batalla interior
La invasión alemana de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941 marca una nueva expansión de la guerra hacia el este, así como una intensificación de la política criminal del nacionalsocialismo.
En el interior del Reich alemán se produce una radicalización cada vez más intensa de la lucha contra las Iglesias. De modo que se expropian de forma sistemática monasterios católicos, procediendo a la expulsión de sus frailes y monjas, así como al arresto de sacerdotes. Cualquier tipo de crítica a la guerra o al estado se persigue como “crimen de favorecimiento del enemigo”.
En esta situación, tres sermones del obispo de Münster, Clemens August Graf von Galen, provocan inquietud en la población, mucho más allá de la propia Diócesis. En dichos sermones el obispo critica públicamente, entre otras cosas, la matanza de personas con discapacidad mental y física, así como de personas con enfermedades psíquicas, lo cual se había llevado a cabo de forma sistemática desde el comienzo de la guerra. A causa de la popularidad de Von Galen y del efecto de sus sermones, los dirigentes nacionalsocialistas no se atreven a actuar directamente contra el obispo.
Leyendas
Kasimierz Majdanski, obispo de Szczecin-Kamień y antiguo preso del campo de concentración de Dachau, 1989 en una reconstruida barraca del campo de concentración. Hasta 1945 en el campo de concentración de Dachau se encarcela a más de 2700 clérigos de ambas confesiones cristianas, procedentes de unas 20 naciones, de los cuales fallecerán más de 1000.
“Ambulancia caritativa S. L.”: en estos autobuses se asesina a personas enfermas y con discapacidad, mediante inyecciones y pastillas
Escritos ideológicos de la NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), que para el obispo Von Galen simbolizan “idolatría” y “paganismo”
Orden de asesinato de personas con discapacidad mental y física, con la firma de Hitler
Clemens August Graf von Galen (1878 –1946), obispo de Münster de 1933 a 1946, beatificado el 9 de octubre de 2005
Acusación
En la noche del 28 al 29 de marzo de 1942 (Domingo de Ramos) Lübeck es atacada y en gran parte destruida por bombarderos de las Fuerzas Aéreas Británicas. Unos días después, el pastor Stellbrink es detenido por haberse referido en un sermón al bombardeo, calificándolo como “juicio divino” en términos de un castigo. Por medio de la distorsión intencionada de las verdaderas palabras de Stellbrink, el estado nacionalsocialista aprovecha la ocasión para desarticular esta resistencia. En las semanas siguientes también serán arrestados los capellanes católicos.
Mientras que la Iglesia Evangélica inmediatamente se distancia de Stellbrink, el obispo de Osnabrück, Berning, se esfuerza por conseguir entrar en contacto con los arrestados, aunque tardará meses en conseguirlo. Los arrestados sufren bajo las inhumanas condiciones penitenciarias, sobre todo bajo el absoluto aislamiento, al que en un principio son sometidos. Al mismo tiempo, las cartas que envían también documentan una inquebrantable confianza en Dios y la certeza de haber luchado con razón por su convicción religiosa y los valores humanos inherentes a la misma.
Leyendas
La calle Parade destrozada después del bombardeo del 28 al 29 de marzo de 1942
“Centro penitenciario para hombres de Lübeck-Lauerhof”
“Centro de detención preventiva de la ciudad de Lübeck”
Fotografías de identificación policial: Karl Friedrich Stellbrink es fotografiado en el momento de su detención en 1942. Las fotografías de los tres capellanes, tomadas en junio de 1943, muestran ya claramente las secuelas del arresto de 12 meses.
Radicalización
En la Conferencia de Wannsee, realizada en Berlín el 20 de enero de 1942, se planifica el exterminio definitivo de los judíos europeos de manera burocráticamente exacta y técnicamente fría. En los años siguientes de la guerra, este genocidio es ejecutado en los campos de exterminio en unas proporciones inimaginables.
Con las derrotas militares en el frente oriental y la entrada de Estados Unidos en la contienda, entre 1941 y 1942 la guerra alcanza su punto de inflexión.
La población civil alemana comienza a sentir las terribles consecuencias de la guerra: Cientos de miles de soldados alemanes caen en acciones bélicas lejos de la patria, escuadrillas de bombarderos aliados intensifican sus ofensivas sobre las ciudades alemanas.
Los objetivos de los bombardeos no son únicamente las instalaciones industriales y la infraestructura, sino también los centros urbanos y los barrios residenciales. El objetivo es sacudir la fe en Hitler y en la “victoria final” (Endsieg).
Leyendas
“Selección” en la rampa del campo de exterminio de Auschwitz
La Segunda Guerra Mundial causa muertos en proporciones hasta entonces inimaginables.
Bombarderos aliados sobre Alemania
El bombardeo impacta en los centros urbanos de manera aniquiladora: El destruido ayuntamiento de Lübeck
Martirio
En junio de 1943 se lleva a cabo el “proceso” ante el Segundo Senado del Tribunal del Pueblo, que se reúne especialmente en Lübeck. La sentencia ya estaba decidida de antemano. Los cuatro clérigos son condenados a muerte por “delitos de radiodifusión”, “desmoralización de la tropa” y “traición a la patria por favorecimiento del enemigo”. Para no incluir al temido obispo Von Galen, a iniciativa personal de Hitler, se suprime de los cargos el punto “difusión de los sermones de Galen”, que previamente se había considerado determinante. Las peticiones de gracia y los esfuerzos personales del obispo Berning y de la señora Stellbrink no producen ningún efecto. En su odio hacia las Iglesias, el sistema nacionalsocialista pretende obviamente dar un escarmiento que sofoque las críticas internas, en vista del giro que se está produciendo en el desarrollo de la guerra.
Los condenados se preparan en prisión para el fin de su vida terrenal. Con actitud inquebrantable, caminan erguidos y devotos hacia la muerte. Las cartas de despedida lo atestiguan de manera impresionante.
La tarde del 10 de noviembre de 1943, a partir de las 18 horas, en cuestión de pocos minutos los cuatro clérigos son decapitados uno a uno en la guillotina.
Leyendas
Lugar del “proceso”: Sala de lo penal del Tribunal de Lübeck
El abogado defensor: Dr. Walther Böttcher, posteriormente Presidente del Parlamento del Estado federado de Schleswig-Holstein (1954 –1959)
El juez: Dr. Wilhelm Crohne
Fragmentos de las cartas de despedida del
Réplica de la guillotina con la que se ejecutó a los condenados en la cárcel situada en la calle Holstenglacis de Hamburgo
Principio del fin
La capitulación del sexto ejército alemán en enero de 1943 en Stalingrado se convierte en el decisivo punto de inflexión de la guerra. En el período siguiente, las tropas alemanas retroceden en todos los frentes. En la población alemana se mezclan sentimientos de horror y resistencia, con crecientes dudas en la propaganda.
Los nacionalsocialistas reaccionan al giro en el terreno militar con una aún mayor radicalización de sus políticas: El 18 de febrero de 1943 el ministro de Propaganda Goebbels proclama en el Palacio de los Deportes de Berlín la “guerra total”. Esto conlleva un incremento de las persecuciones y los castigos hacia las personas que ejercen resistencia o critican los procedimientos del sistema. Así, por ejemplo, el 22 de febrero de 1943 los estudiantes Hans y Sophie Scholl junto con Christoph Probst, miembros del grupo de resistencia “Rosa Blanca” (Weiße Rose), son decapitados en la guillotina.
El Tribunal del Pueblo presidido por Roland Freisler se convierte en un símbolo de la cada vez más intensa justicia del terror de la dictadura.
Leyendas
Soldados alemanes de camino al cautiverio después de la capitulación de Stalingrado
Con el “discurso del Palacio de los Deportes” (Berlín, 18 de febrero de 1943) el ministro de Propaganda Joseph Goebbels quiere movilizar al pueblo alemán para la “guerra total”, a pesar de las derrotas.
Símbolo de la justicia del terror: El Tribunal del Pueblo presidido por Roland Freisler
Los Mártires de Lübeck
Los nacionalsocialistas tratan de borrar todas las huellas y recuerdos de los clérigos de Lübeck. A los familiares se les deniega hasta el último momento el traslado de los restos mortales.
La mayoría de las diez cartas de despedida, que los cuatro hombres escribieron el 10 de noviembre de 1943 a sus familias, al obispo de Osnabrück y al deán Bültel, no son entregadas a sus destinatarios. Especialmente en el caso de dos cartas de Hermann Lange y Johannes Prassek al obispo Berning de Osnabrück, los responsables de la injusticia nacionalsocialista lo justifican internamente alegando el temor a “que las [...] cartas de alguna manera [pudieran] caer en manos de personas no autorizadas y [...] ser utilizadas como propaganda perjudicial para el estado”.
Incluso después de su asesinato, los nacionalsocialistas siguen considerando a los clérigos de Lübeck como una amenaza para el sistema, ya que la situación militar de Alemania va empeorando de manera dramática en todos los frentes y en el interior aumenta el descontento.
La liberación
Dieciocho meses después, la Alemania nacionalsocialista ya está en las últimas. Al colapso militar le sigue entre 1944 y 1945 la ocupación y liberación completa de Alemania por las potencias vencedoras aliadas Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética.
El 8 de mayo de 1945 termina la Segunda Guerra Mundial en Europa con la capitulación incondicional de Alemania. El resultado de la megalomanía del nacionalsocialismo, con su política racial contra la dignidad humana, su terror y su voluntad de exterminio, son más de 55 millones de muertos – incluidos más de seis millones de judíos asesinados en el holocausto. Europa entera yace en ruinas. Millones de personas pierden su patria.
Los laicos que también son arrestados
Después de la detención de los cuatro clérigos, la Policía Secreta del Estado detiene en Lübeck, hasta el otoño de 1942, a un total de dieciocho laicos. La mayoría de ellos habían participado en los círculos de conversación de los tres capellanes católicos en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Al igual que a los clérigos, a los detenidos se les encarcela en un principio en la cárcel de Burgkloster y en la cárcel de Lauerhof. Permanecerán en prisión casi un año, hasta la celebración del juicio ante el Tribunal del Pueblo.
La Gestapo pretende agravar las incriminaciones contra los clérigos, por medio de las declaraciones de los laicos, pero fracasa, ya que ninguno de ellos se presta a realizar dichas declaraciones. Ni la prisión incomunicada ni los golpes ni los interrogatorios de intimidación consiguen hacerles cambiar de opinión. Stephan Pfürtner describe de esta manera lo duras que fueron las condiciones penitenciarias: “Una interminable monotonía marcaba el decurso exterior de los días, abriendo abismos en el interior. ¿Qué haces si día tras día estás sentado en una celda de dos metros y medio por tres metros y medio, sin tener nada para leer, escribir ni trabajar y tampoco nadie con quien hablar?”. En el caso de Pfürtner, los interrogatorios de la Gestapo se centran en si ha habido contactos del estudiante con el grupo de resistencia “Rosa Blanca” de Múnich, lo cual no se confirma. El arresto de los laicos pone a sus familias en una situación complicada: No solo les afecta la preocupación por sus familiares, sino que también reciben la presión del estado. Al mismo tiempo las familias reciben el apoyo de los vecinos y de los amigos de la comunidad católica. Cuando los arrestados tienen que construir en Lübeck una barraca para la Gestapo, una afortunada casualidad hace que, a pesar de la vigilancia, las mujeres y los niños puedan verlos brevemente y entregarles alimentos e incluso hostias para la comunión.
En el proceso ante el Tribunal del Pueblo, dieciséis de los laicos son sentenciados a penas de prisión menores y dejados directamente en libertad, al contabilizarse la prisión preventiva. Se les clasifica de “seducidos” por los sacerdotes. Sin embargo, dos de los laicos que estaban vinculados profesionalmente con la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús son condenados a penas elevadas por “delitos de radiodifusión”: El ecónomo Adolf Ehrtmann y el empleado del registro, Robert Köster, quien tendrá que cumplir una condena de un año hasta octubre de 1944 y fallecerá en 1946.
Adolf Ehrtmann es condenado a cinco años de prisión y no será liberado hasta el final de la guerra. Como senador de construcción y político local, Ehrtmann ayudará a reconstruir Lübeck después de la guerra.
El ama de llaves Johanna Rechtien
El ama de llaves Johanna Rechtien (*1911 | +1991) será un apoyo importante para los capellanes arrestados. Desde 1933 se ocupaba de las tareas domésticas en la parroquia de la calle Parade y seguirá trabajando allí incluso después de la guerra, hasta la muerte del deán Bültel en el año 1954.
Después de la detención de los tres capellanes católicos, Johanna Rechtien, a quien Johannes Prassek en una carta denomina cariñosamente “tía Hanna”, se ocupa de la lavandería y consigue llevarles pequeños artículos de primera necesidad como, por ejemplo, utensilios de afeitar o jerséis de abrigo. El material para escribir y los libros, que también les consigue el ama de llaves, son de gran importancia para los capellanes durante el interminable tiempo que pasan en prisión incomunicada. Pero Johanna Rechtien va aún más allá en sus cuidados, asumiendo grandes riesgos al introducir en las celdas junto a las pilas de ropa, hostias y vino de misa, para que los capellanes puedan celebrar a diario la Santa Misa. Era justamente la privación de celebrar el culto divino y de recibir la Santa Comunión, lo que más doloroso les resultaba tanto a los clérigos como a los laicos.
Johanna Rechtien procede además sin reparar en las confesiones a las que pertenecen los arrestados, ocupándose también del pastor Stellbrink, como se desprende de una carta de Karl Friedrich Stellbrink a su esposa Hildegard, en la que le pide que su hija le de las gracias en su nombre al ama de llaves.
Los capellanes aprovechan la posibilidad de llevar, a través del ama de llaves, noticias sin censura fuera de la cárcel. De esta manera pueden informar de manera mucho más abierta sobre su situación.
Johanna Rechtien demuestra un gran valor en sus actos de apoyo a los cuatro clérigos arrestados, ya que de haberse enterado la Gestapo de sus acciones, ella misma hubiera sido detenida y condenada.
Memoria y veneración
Después de la ejecución de los Mártires de Lübeck el 10 de noviembre de 1943, son las personas de su entorno inmediato, especialmente los laicos detenidos, quienes inician la agradecida conmemoración.
En los años siguientes se va desarrollando una variada cultura de memoria y veneración que continúa hasta nuestros días y se ha extendido mucho más allá de Lübeck, especialmente a los lugares que guardan relación directa con alguno de los clérigos.
El camino hacia la beatificación el 25 de junio de 2011
En un principio son los laicos que habían sido detenidos con ellos, sus familiares y los miembros de los grupos juveniles quienes conmemoran el martirio de los asesinados. Surge así una tradición que enlaza con la solidaridad ecuménica de los Mártires de Lübeck. Alrededor del 10 de noviembre, los cristianos, tanto católicos como evangélicos, celebran cada año cultos conmemorativos en honor a los mártires.
En noviembre de 1983, con motivo del 40 aniversario de la muerte de los religiosos, se funda el “grupo de trabajo del 10 de noviembre” en el que participan laicos y clérigos de ambas confesiones, con el objetivo de cultivar y mantener vivo el recuerdo de los Mártires de Lübeck.
En el año 1993, con motivo del 50 aniversario del asesinato de los clérigos, se realiza en el museo Burgkloster una destacada exposición sobre los Mártires de Lübeck, que hace llegar a un público más amplio su obra y martirio. En ese mismo año se produce además la rehabilitación del pastor Stellbrink por parte de la Iglesia Evangélica Luterana del Norte del Elba, rescindiendo la suspensión de Stellbrink de 1942, de modo que, después de una larga etapa de negación, sus méritos encuentran también el reconocimiento de las autoridades de la Iglesia Evangélica.
En 2004 comienza bajo el pontificado de Juan Pablo II el proceso de beatificación de los tres capellanes católicos, que había sido puesto en marcha por el arzobispo de Hamburgo, Dr. Werner Thissen.
El 1 de julio de 2010 el Papa Benedicto XVI da por terminado el procedimiento con un decreto papal en el que ordena la beatificación de los tres capellanes. El 25 de junio de 2011 se celebra frente a la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Lübeck, con gran asistencia de fieles de ambas confesiones, una solemne Misa Pontifical para la beatificación de Hermann Lange, Eduard Müller y Johannes Prassek. A lo que se une la conmemoración en honor del pastor Stellbrink.
A través de sus vidas y con sus violentas muertes, los Mártires de Lübeck han dado un gran ejemplo de lealtad a su fe. Así, desde el punto de vista católico, la Iglesia puede constatar que los beatos ya han alcanzado la perfección ante Dios y lo declara en la ceremonia de beatificación, para que los fieles puedan adorar a los capellanes en su oración y pedirles ayuda, protección o intercesión.