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“Del, a quien hemos servido como sacerdotes”

Capellán Eduard Müller al Obispo Berning

Hamburg, 10 de noviembre de 1943

Excelentísimo Señor!

Es para mí una alegría poder escribirle unas líneas durante mi última hora. De todo corazón le agradezco por el más grande de los regalos que Usted, como sucesor de los apóstoles me confirió al imponerme las manos y consagrarme sacerdote para Dios. Gracias por este gran y santo regalo.

Pero también quiero agradecerle su fiel oración y su fiel ayuda durante mi casi año y medio de prisión. Ojalá pueda recompensárselo desde arriba. Por favor no me olvide en la Santa Misa. Durante escasos dos años pude ayudar a la construcción del reino de Dios en su diócesis. Y si me es permitido comparecer ante el trono de Dios, entonces desde ahí  continuaré  ayudando a construir el reino de Dios en nuestra amada patria y especialmente en su diócesis.

Adiós, Excelentísimo Señor. Salude por favor de parte mía a Mons. Keller especialmente y al párroco de la catedral, señor Ellermann.

Ahora nos ponemos en marcha en este camino tan difícil  para la naturaleza humana, que ha de llevarnos hasta El, a quien hemos servido como sacerdotes. Nuevamente, muchas gracias por todo.

En el amor de Cristo lo saluda a usted, Excelentísimo Señor, de todo corazón

su sacerdote Eduard Müller

 

Traducción: Sr. Ursula O.S.U., Santiago, Chile